La dimensión social.
Estamos
hablando de reutilizar, reciclar, regenerar ( conceptos muy en voga hoy pero
también muy habituales en las épocas previas a la época de generalización del
consumo ) un patrimonio que ha dejado de servir para lo inicialmente previsto y
convertirlo en algo nuevo a través de ese nuevo uso.
EL CASO GLO-CAL DE LA OPERACIÓN DEL
TANQUE
Reutilizamos,
en el caso de El Tanque, objetos, energías y conceptos abandonados, buscando su
relectura y reinterpretación. Y le damos un valor añadido: emocional, técnico,
estético, cultural, social, e incluso económico.
Ya estaba
previsto en el planeamiento urbanístico este “nuevo aprovechamiento” de la zona
que antes fue refinería y hoy es ciudad.
Pero, no sabemos por qué, ese nuevo aprovechamiento no preservaba ningún
elemento patrimonial industrial, y solo organizaba el nuevo valor que el suelo
adquiría. Lo analizaremos al abordar las cuestiones legales. Toda la zona
desmantelada se ha convertido en parcelas de edificación densa, tipo de
crecimiento urbano característicode los años 60, de edificios de base ancha y
luego altura hasta 10 plantas, además de dos torres ( también de base ancha ) y
de hasta 25 plantas de altura. Esto es así en todo el barrio de Cabo-Llanos salvo
las parcelas de costa que sí se recuperaron todas para equipamientos públicos:
El Auditorio Insular, el Recinto Ferial, el Palmetum, el Parque Marítimo, etc.
Cómo y por qué comenzó la desactivación de ese planeamiento
urbano solo de edificios de residencial y comercial y se convirtió también en
cultural fue una casualidad. En este caso no había planes. Fue el
descubrimiento del interior de uno de los tanques de petróleo, en el momento
del comienzo de su demolición (se abre una puerta en la base una vez que está
casi vacío de crudo, para poder proceder a una mejor limpieza desde el suelo y
luego se desguaza ). La curiosidad y la suerte, como veremos, hicieron que el
Tanque 69 no se demoliera sino que se abriera al público antes de caer (pues
inicialmente se concedió por CEPSA como un espacio de carácter efímero para la
cultura, donde estaba previsto construir más adelante, un edificio de 10
plantas de la empresa FERROVIAL).
A
partir de la regeneración y reutilización del Espacio Cultural El Tanque, se
creó de manera involuntaria un valor añadido (emocional, técnico y estético)
que repercute ahora en la mejora de la calidad de vida de la ciudadanía. No
solo porque el Tanque existe, sino porque la existencia de ese depósito y todas
las controversias que suscitó llevaron finalmente a variar el plan urbanístico
existente, y a liberar el espacio disponible para equipamientos y espacios
públicos convirtiéndose el suelo en el que se asienta el Tanque en suelo para
equipamiento cultural y todo lo que está a su alrededor en plazas y espacios
públicos.