Continuando con mi tesis doctoral sobre el Tanque era necesario ahondar en los cambios producidos en la gestión cultural:
Del mismo modo que se ha convertido en
algo común hablar ahora de una cultura posmoderna, es posible mencionar una política
cultural posmoderna o al menos una tendencia hacia la posmodernidad en la
política cultural. Política cultural posmoderna en la que situamos la política
cultural que se desarrolló en relación con el Espacio Cultural El Tanque.
La desinstitucionalización (seguida o
no por la desregulación) que se constata en el campo más amplio de las
actividades humanas también se ha manifestado en el sector cultural. La
institucionalización de todas las relaciones sociales constituye probablemente
el rasgo más significativo de la modernidad. La creación del estado nación, de
la escuela pública, la creación del sistema de seguridad social y otros tantos
fueron todas ellas innovaciones sociales de suma importancia.
*Refinería de Santa Cruz año 1951
A lo largo del siglo XX, estas
nociones sufrieron una fuerte erosión: la institución ya no es un valor seguro
en sí mismo como solía serlo, del mismo modo que la noción del presente y de la
vida aquí y ahora resulta más importante en la vida del individuo que las ideas
relacionadas con un futuro distante e incierto.
Aunque la idea de lo nuevo todavía sea
determinante bajo muchos aspectos, el pasado como fuente de modelos vuelve a
tener cabida en el panorama cultural. Paralelamente, otro concepto central de
la modernidad, la unidad (al menos en la sociedad y en la política, cuando no
en el arte), ha ido siendo gradualmente sustituido por la noción de heterogeneidad.
Si en las primeras dos o tres décadas del siglo XX todavía era posible crear
políticas culturales basadas en la idea de una identidad y una unidad
nacionales, así como políticas que debían moldear a todos o a la mayoría de los
ciudadanos de acuerdo con un patrón determinado de arriba abajo, como ocurrió
en la Rusia soviética, en la Alemania nazi y en la España de Franco, en las últimas décadas del mismo
siglo estas propuestas resultaron bastante menos factibles.
Al mismo tiempo, instituciones
culturales de ámbito nacional disminuyeron de importancia y dieron paso a otras
de carácter privado y semiprivado, desprovistas de los mismos proyectos de alcance
nacional. La propia idea de patrimonio y de formación de un patrimonio duradero
y estable se diluyó considerablemente, de manera que las nuevas instituciones
no tenían colecciones propias y se entregaban a la realización de una serie de
eventos que no dejaban necesariamente huellas materiales. La propia idea de
patrimonio cultural fue cambiando y ampliándose.
El multiculturalismo e
interculturalismo, una política para la identificación in situ de las políticas
de identidad (es decir, políticas para una identidad móvil en lugar de la
identidad fija antes defendida), así como la idea de espacios culturales como entidades flexibles y ya no rígidamente
traducidas en territorios locales o nacionales claramente definidos desde un
punto de vista geográfico, son los elementos de una nueva política cultural en
este inicio del siglo XXI que puede denominarse apropiadamente posmoderna.
La política cultural propiamente
posmoderna, considerando estos aspectos, es esencialmente formalista, es decir,
se preocupa con la parte formal del sistema de producción cultural (dicho de
otro modo, apoya la creación de equipamientos, desarrolla leyes de incentivo,
busca alimentar el proceso cultural en conjunto sin interferir en los
contenidos a apoyar) y en ello se opone a la política cultural tradicional, que
casi siempre ha sido de contenidos, es decir, orientada hacia la implantación
de contenidos específicos y predeterminados (política cultural de identidad
nacional, política cultural de identidad de un determinado grupo, política
cultural propiamente ideológica etc.).
¿Vas a publicar toda la tesis vía blog? Que original, es una forma de tener un libro electrónico por capítulos. Me parece que te copiaré la idea. Además puedes llegar a mucho más público así, me parece.
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