martes, 14 de enero de 2014

La dimensión social del Espacio Cultural El Tanque. Un caso Glo-cal.

La dimensión social.
Estamos hablando de reutilizar, reciclar, regenerar ( conceptos muy en voga hoy pero también muy habituales en las épocas previas a la época de generalización del consumo ) un patrimonio que ha dejado de servir para lo inicialmente previsto y convertirlo en algo nuevo a través de ese nuevo uso.
EL CASO GLO-CAL DE LA OPERACIÓN DEL TANQUE
Reutilizamos, en el caso de El Tanque, objetos, energías y conceptos abandonados, buscando su relectura y reinterpretación. Y le damos un valor añadido: emocional, técnico, estético, cultural, social, e incluso económico.
Ya estaba previsto en el planeamiento urbanístico este “nuevo aprovechamiento” de la zona que antes fue refinería y hoy  es ciudad. Pero, no sabemos por qué, ese nuevo aprovechamiento no preservaba ningún elemento patrimonial industrial, y solo organizaba el nuevo valor que el suelo adquiría. Lo analizaremos al abordar las cuestiones legales. Toda la zona desmantelada se ha convertido en parcelas de edificación densa, tipo de crecimiento urbano característicode los años 60, de edificios de base ancha y luego altura hasta 10 plantas, además de dos torres ( también de base ancha ) y de hasta 25 plantas de altura. Esto es así en todo el barrio de Cabo-Llanos salvo las parcelas de costa que sí se recuperaron todas para equipamientos públicos: El Auditorio Insular, el Recinto Ferial, el Palmetum, el Parque Marítimo, etc.


Cómo y por qué comenzó la desactivación de ese planeamiento urbano solo de edificios de residencial y comercial y se convirtió también en cultural fue una casualidad. En este caso no había planes. Fue el descubrimiento del interior de uno de los tanques de petróleo, en el momento del comienzo de su demolición (se abre una puerta en la base una vez que está casi vacío de crudo, para poder proceder a una mejor limpieza desde el suelo y luego se desguaza ). La curiosidad y la suerte, como veremos, hicieron que el Tanque 69 no se demoliera sino que se abriera al público antes de caer (pues inicialmente se concedió por CEPSA como un espacio de carácter efímero para la cultura, donde estaba previsto construir más adelante, un edificio de 10 plantas de la empresa FERROVIAL).

A partir de la regeneración y reutilización del Espacio Cultural El Tanque, se creó de manera involuntaria un valor añadido (emocional, técnico y estético) que repercute ahora en la mejora de la calidad de vida de la ciudadanía. No solo porque el Tanque existe, sino porque la existencia de ese depósito y todas las controversias que suscitó llevaron finalmente a variar el plan urbanístico existente, y a liberar el espacio disponible para equipamientos y espacios públicos convirtiéndose el suelo en el que se asienta el Tanque en suelo para equipamiento cultural y todo lo que está a su alrededor en plazas y espacios públicos.